QUÉ ES UNA ASOCIACIÓN

Las asociaciones pueden definirse como agrupaciones de personas constituidas para realizar una actividad colectiva de una forma estable, organizadas democráticamente, sin ánimo de lucro e independientes, al menos formalmente, del Estado, los partidos políticos y las empresas.

Las características fundamentales de una asociación son las siguientes:

    • Grupo de personas.
    • Objetivos y/o actividades comunes.
    • Búsqueda de soluciones juntos, actuando, formulando reivindicaciones, respuestas o soluciones que se demandan en clave de derechos; derechos de calidad de vida o bienestar.
    • Funcionamiento democrático.
    • Sin ánimo de lucro.

Conviene aclarar que no tener ánimo de lucro significa que no se pueden repartir los beneficios o excedentes económicos anuales entre los socios/as. Por tanto, sí se puede:

    • Tener excedentes económicos al finalizar el año. Lógicamente, dichos excedentes deberán reinvertirse en el cumplimiento de los fines de la entidad.
    • Tener contratados laborales en la asociación.
    • Realizar actividades económicas que puedan generar excedentes económicos.

Podemos distinguir también entre asociaciones y federaciones o coordinadoras, que serían las entidades formadas por la agrupación de varias asociaciones. Los aspectos legales, fiscales, económicos, administrativos, etc., del funcionamiento de las asociaciones y las federaciones o coordinadoras, son prácticamente iguales, con la única diferencia de que en estas últimas los socios serán personas jurídicas; es decir, las asociaciones que pertenezcan a la federación o coordinadora, y así se especificará en sus estatutos. Así se establece en el Artículo 3 de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación , en su apartado f, donde dice:

«f. Las asociaciones podrán constituir federaciones, confederaciones o uniones, previo el cumplimiento de los requisitos exigidos para la constitución de asociaciones, con acuerdo expreso de sus órganos competentes».

 

UNA ASOCIACIÓN, ¿PARA QUÉ?

Un grupo de personas que se unen y establecen entre ellas un vínculo jurídico puede tener muchos fines. Los más habituales son:

  • Para influir con su acción y su proyecto en algún aspecto de la realidad de un territorio (barrio, región, etc.), de algún sector (juventud, deporte, cultura, etc.), o de una parte de la sociedad.
  • Para responder a la necesidad de comunicación, de desarrollo cultural, de ocupación del tiempo libre, de promoción social de los que la integran.
  • Para la realización de servicios y actividades que las instituciones públicas no desarrollan.

Las asociaciones son indispensables para ejercer un control sobre la acción de los gobiernos y la gestión de las administraciones, para educar a las comunidades en la participación y la solidaridad, para generar vida colectiva, sentimiento de pertenencia e implicación en los proyectos de los barrios/poblaciones, para que los barrios comprendan el valor de la solidaridad como valor de lo social, para conseguir que lo público sea cada vez más de todos los ciudadanos…

Sin las asociaciones, sin personas que se agrupan para sumar sus fuerzas y alcanzar objetivos que no podrían conseguir por sí solos, no habría desarrollo, cambio, progreso…

Es lo que en la actualidad se ha llamado el Capital Social, que nos confirma que las sociedades con mayores oportunidades de sobrevivir y desarrollarse son aquellas que tienen más capacidades y habilidades para cooperar entre sus miembros, para agruparse y asociarse, para producir «inteligencia colectiva».